tiburon blanco

Tiburón Blanco

Descripción

Características generales

">Un gran tiburón blanco se acerca a una jaula

Los tiburones blancos se caracterizan por su cuerpo fusiforme y gran robustez, en contraste con las formas aplastadas que suelen lucir otros tiburones. El morro es cónico, corto y grueso. La boca, muy grande y redondeada, tiene forma de arco. Permanece siempre entreabierta, dejando ver al menos una hilera de dientes de la quijada superior y una o dos de la inferior, mientras el agua penetra en ella y sale continuamente por las branquias. Si este flujo se detuviese, el tiburón se ahogaría por carecer de opérculos para regular el paso correcto del agua, y se hundiría en la misma, ya que al no poseer tampoco vejiga natatoria se ve condenado a estar en continuo movimiento para evitarlo.

Durante el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la cabeza se deforma pues la mandíbula se proyecta, y se cierran luego con una fuerza 300 veces superior a la de una mandíbula humana (12-24 toneladas).

Los dientes son grandes, aserrados, de forma triangular y muy anchos. Al contrario que otros tiburones, no poseen diastema ni reducción de diente alguno, sino que tienen toda la quijada provista de dientes alineados e igualmente capaces de aferrar, cortar y desgarrar. Detrás de las dos hileras de dientes principales, los tiburones blancos tienen dos o tres más en continuo crecimiento que suplen la frecuente caída de dientes con otros nuevos y se van reemplazando por nuevas hileras a lo largo de los años. La base del diente carece de raíz y se encuentra bifurcada, dándole una apariencia inconfundible en forma de punta de flecha.

Tiburón blanco en aguas de Sudáfrica

Los orificios nasales (narinas) son muy estrechos, mientras que los ojos son pequeños, circulares y completamente negros. En los costados se sitúan cinco hendiduras branquiales, dos aletas pectorales bien desarrolladas y de forma triangular y otras dos, cerca de la aleta caudal, mucho más pequeñas. La caudal está muy desarrollada, al igual que la gran aleta dorsal de su lomo, de forma inconfundible para cualquiera. Otras dos aletas pequeñas (segunda dorsal y anal) cerca de la cola, completan el aspecto de este animal.

A pesar de su nombre, el jaquetón solo es blanco en su parte ventral, mientras que la dorsal es gris o azulada. Este patrón, común en muchos animales acuáticos, sirve para confundirse con la luz solar (en caso de mirarse desde abajo) o con las oscuras aguas marinas (en caso de hacerlo desde arriba), constituyendo un camuflaje tan simple como efectivo. El extremo de la parte ventral de las aletas escapulares y la zona de las axilas aparecen teñidos de negro. La piel, muy áspera, se compone de duras escamas llamadas dentículos dérmicos por su forma afilada.

No obstante, la denominación de «tiburón blanco» podría tener su lógica en el caso de avistarse ejemplares albinos de esta especie, que, aunque son muy raros, existen. En 1996 se pescó en las costas de El Cabo Oriental (Sudáfrica) una hembra joven de apenas 145 cm que exhibía esta rara característica.

Sentidos

Las terminaciones nerviosas del extremo frontal, antes mencionadas, recogen hasta la menor vibración ocurrida en el agua y guían al animal hasta la posible presa que esté causando esa perturbación. Otros receptores (conocidos como ampollas de Lorenzini, unas células especializadas con una forma similar a la de minúsculas «botellas») situados en torno a los orificios nasales le permiten captar también campos eléctricos de frecuencia variable que probablemente use para orientarse en sus migraciones a través de largas distancias. Por si esto fuera poco, su olfato es tan potente que la presencia de un par de moléculas de sangre las detecta entre un millón de moléculas de agua a kilómetros de distancia sirve para atraerlo, al tiempo que se vuelve mucho más agresivo. Además, son capaces de distinguir entre las diferentes concentraciones en las que se puede encontrar una partícula olorosa en particular, lo que les permite una mejor orientación hacia el alimento. Por lo general, aquellas especies que tienen un sentido del olfato muy agudo tienen multitud de locus o loci para genes del receptor olfativo OF. Por ello, cuando se secuenció el genoma del tiburón blanco eso era lo que cabría esperar, debido a su gran capacidad para detectar olores. 9​ Sin embargo, este hecho no se dio. Como alternativa, se ha propuesto que, en su lugar, posean secuencias de genes relacionados con la recepción de olores muy conservadas (seleccionadas positivamente por la evolución) o enriquecidas, o bien exista una familia de genes alternativos que tengan un papel importante en esta función. El Órgano vomeronasal constituye un órgano de recepción olfativa auxiliar al sentido del olfato que está presente en algunos vertebrados. La secuenciacion de ADN del tiburón blanco a detectado que poseen 14 genes para el receptor vomeronasal, cumpliéndo la hipótesis del enriquecimiento génico, lo que indica una mayor regulación del proceso. 10​ Aditivamente se ha encontrado una secuencia génica conservada que podría tener relación con la compensación de escasas secuencias del gen OF. La proteína Bbs5 es una molécula relacionada con el ensamblaje celular del Cilio celular. Defectos en esta proteína se han descrito en el Síndrome de Bardet-Biedl que, entre otras cosas, puede provocar deficiencias en la detección de olores o anosmia. En el tiburón blanco se ha visto que la secuencia de dicha proteína se encuentra muy conservada, pudiendo constituir otro método para desarrollar una aguda detección de olores. 11​ La vista también está bien desarrollada y tiene un papel muy importante en la aproximación final a la presa y su peculiar modelo de acecho y ataque desde debajo de la misma. La vista del Tiburón Blanco es completamente verde. Sus ojos mirando hacia los costados, y no pueden mirar hacia adelante en forma recta como los humanos.

Tamaño

Esqueleto de Gran tiburón blanco

La longitud más frecuente entre los tiburones blancos adultos es de 5 a 7.5 m (siendo los machos menores que las hembras), aunque se han citado casos de individuos excepcionales que rebasaban ampliamente esas medidas. En la actualidad no se puede asegurar cuál es realmente el tamaño máximo en esta especie, hecho que se ve reforzado por la existencia de notas antiguas y poco fiables sobre animales realmente gigantescos. Varios de estos casos se analizan en el libro The Great White Shark (1991), de Richard Ellis y John E. McCosker, ambos expertos en tiburones.

Durante décadas, muchos libros de referencia en el campo de la ictiología, así como el Libro Guinness de récords mundiales, recogieron dos tiburones blancos como los más grandes jamás capturados; uno de ellos era un ejemplar de 9 m supuestamente capturado en aguas del Sur de Australia, cerca de Port Fairy, en la década de 1870 y el otro se trataba de un individuo de 11.3 m que quedó atrapado en una red para arenques en Nuevo Brunswick, Canadá en la década de 1930.

Tamaño del tiburón blanco respecto al ser humano

Al amparo de esta longitud máxima, los avistamientos de tiburones blancos de 7 a 10 m de largo fueron considerados hasta cierto punto comunes y aceptados sin gran discusión. Sin embargo, varios investigadores pusieron en duda la fiabilidad del reporte de Port Fairy, haciendo hincapié en la gran diferencia de tamaño entre este individuo y cualquiera de los otros tiburones blancos capturados. Un siglo después de la captura, se estudiaron las mandíbulas del animal, todavía conservadas, y se pudo determinar que su auténtico tamaño corporal rondaba los 6 metros de largo. La confusión pudo ser producto de un fallo tipográfico, un error derivado del paso de unidades anglosajonas a internacionales (6 m son unos 20.5 pies) o una simple exageración. Respecto al ejemplar de Nuevo Brunswick, los expertos creen hoy en día que debió tratarse de un tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), especie con un cuerpo similar al del tiburón blanco y que es corriente en aguas canadienses.

Volviendo a Ellis y McCosker, éstos aseguraron en su obra que los mayores tiburones blancos rondan los 6 m de longitud, y que los informes sobre individuos de 7 m o más, aunque existentes en la literatura popular, no están presentes en la científica. De forma sarcástica recalcan el hecho de que, al igual que las supuestas anacondas y pitones gigantes, «estos [tiburones] gigantes tienden a desaparecer cuando un observador responsable se aproxima con una cinta métrica».

El mayor tamaño que Ellis y McCosker consideran como cierto es el de un tiburón blanco de 6.4 m capturado en aguas cubanas en 1945, aunque apuntan que otros expertos consideran que su tamaño debió ser algo menor. El peso atribuido (pero no confirmado) a este ejemplar fue de 3270 kg. Desde entonces se han publicado noticias de ejemplares mayores pero Ellis y McCosker hacen notar que las mediciones son a menudo deficientes y, una vez verificadas, dan resultados que suelen estar entre los 6.1 y 6.4 m. Por ejemplo, muchas publicaciones hablan de un tiburón blanco hembra de 7 m pescado por Alfredo Cutajar en la isla de Malta, en 1987. En su libro, Ellis y McCosker aceptan que este tiburón parecía tener un tamaño superior a la media, pero no consideran como cierta la medida de 7.13 m. Durante los siguientes años, otros expertos también han encontrado motivos para dudar de este dato, debido en parte al desacuerdo entre Cutajar y otros testigos a la hora de fijar las medidas. Finalmente, un analista fotográfico de la BBC concluyó, teniendo en cuenta el error al que la perspectiva puede llevar en la fotografía del animal, que el tamaño real del animal estaría en torno a los 5.6 m.12​ En abril de 2014 personal del Ministerio de pesca australiano logró capturar y etiquetar a una gran hembra de tiburón blanco de aproximadamente 30 años de edad que midió 5.3 m de longitud y pesó 1.6t (toneladas); esta captura se realizó cerca de la isla Mistaken, a 400 km de Perth.13​ En agosto de 2015 fue documentada una gran hembra conocida como Deep Blue en la isla Guadalupe en el Pacífico mexicano, la cual superó los seis metros de longitud (20 pies)14​ y se le estima una edad de alrededor de 50 años.15​

Actualmente, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que el tamaño máximo que puede alcanzar un tiburón blanco es de casi unos 6 m de longitud y alrededor de 1.9 t (toneladas) de peso. Los informes sobre tamaños mucho mayores que este suelen considerarse dudosos y según el Canadian Shark Research Centre (Centro Canadiense de Investigación del Tiburón), el gran tiburón blanco más grande correctamente medido fue una hembra capturada en agosto de 1988 en la isla del Príncipe Eduardo, que midió 6.1 m. El tiburón fue pescado por David McKendrick, un residente local de Alberton, West Prince. McKendrick y un hombre llamado David Livingstone tienen el primer y segundo mayor diente de este tiburón.12​

En lo relativo al peso se añade un nuevo problema, ya que este puede variar ligeramente en función de lo que el tiburón haya comido y si lo ha hecho de forma más o menos reciente. Un ejemplar adulto puede introducirse en la boca hasta 14 kg de carne de un solo mordisco, y almacenar varios más en su estómago hasta que termina de digerirlos. Por esta razón, Ellis y McConker consideran posible que los tiburones blancos puedan llegar a alcanzar pesos de 2 t (toneladas), aunque el mayor de los que ellos han estudiado «sólo» pesaba 1.75 t.

El mayor tiburón blanco reconocido por la Asociación Internacional de Pesca Deportiva (IGFA, en sus siglas en inglés) es un ejemplar de 1208 kg capturado por Alf Dean en 1959, al sur de Australia. Se conocen muchos otros ejemplares mayores, pero la IGFA no los tiene en cuenta por haber sido capturados sin respetar las normas impuestas por esta organización.

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