Cobra Real

Cobra real

Es una serpiente de gran tamaño, con una capucha (propia de las cobras) no tan pronunciada como las cobras del género Naja. Su coloración suele ser parda u olivácea, a veces amarillenta, con parches ventrales de un color más claro; las escamas de la cabeza están orladas de negro.

Posee un tamaño de entre 3 y 4 m de longitud media (tamaño máximo, cerca de 6 m), lo que la convierte en la serpiente venenosa más grande del mundo. Su peso suele variar; un ejemplar bien nutrido, de 4,7 m de longitud, pesa unos 12 kg en promedio.

Anatomía

Como la mayoría de los ofidios, la cobra real no sólo carece de patas, sino además de cinturas escapular y pélvica. Su gran número de vértebras permite una gran flexibilidad de la columna vertebral, sin merma alguna de su estabilidad gracias al refuerzo adicional que proporcionan las proyecciones vertebrales.

Cráneo

Cráneo de cobra real.

El cráneo es de tipo diápsido. Se articula con la primera vértebra mediante un cóndilo occipital único, lo que le confiere una gran movilidad. Mucho más flexible que el de los otros reptiles, especialmente en el punto de unión de las dos mitades de la mandíbula inferior, permite tragar presas mucho mayores que el grosor normal de la cabeza.

Como los demás Elápidos, las cobras tienen colmillos acanalados situados frontalmente.

Ojos y visión

Como en las otras serpientes, difieren en gran medida de los otros vertebrados e incluso de los saurios. Así como estos últimos distorsionan el cristalino para enfocar los objetos más próximos, las serpientes realizan el enfoque desplazando el cristalino con respecto a la retina de un modo análogo al objetivo de una cámara fotográfica. Sin embargo, es también algo de poco valor, ya que la vista de las serpientes es muy deficiente. Los ojos de la cobra real tienen la pupila redonda como corresponde a un reptil diurno; los párpados están soldados en sí y forman una lente transparente encima del mismo ojo. Con respecto a otras serpientes que son ciegas, la cobra posee una visión un poco mejor calibrada, pero sigue siendo ineficiente.


Curiosidades

1. Las cobras no son tan agresivas como te hicieron creer

A pesar de la fama que tienen estos reptiles, no todas las cobras son agresivas. De hecho, la mayoría prefiere huir y esconderse entre las piedras ante la presencia humana. Sin embargo, existen algunas como la cobra real que sí gusta de la confrontación, al agitarse se yergue sobre el suelo y se encabrita.

2. La  mordida de las cobras

Las cobras poseen un veneno neurotóxico que afecta el sistema nervioso. Por eso sus mordidas pueden ser fatales si no son atendidas a tiempo. Los síntomas frecuentes son problemas visuales, debilidad muscular, dificultad para tragar, problemas respiratorios, vómitos, dolores abdominales, etc. Afortunadamente existe un antídoto que sana a las víctimas si es aplicado con rapidez.

3. La mangosta: el peor enemigo de las cobras

se trata de un mito: la mangosta es el peor enemigo de las cobras. Estos mamíferos poseen un piel muy dura que los protege de las mordidas de dichas serpientes. Gracias a su rapidez y agilidad, las mangostas logran derrotar a las cobras en sus frecuentes peleas, pues las muerden por el lomo antes de que estas puedan defenderse.

4. ¿Cómo los encantadores de serpientes domestican cobras?

Desde tiempos inmemoriales, los encantadores de serpientes han domesticado a las cobras de una manera que es ilegal e inhumana: eliminando el veneno de sus dientes. De este modo, resultan inofensivas y son estimuladas visualmente y entrenadas para entretener al público.

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